EL INCIO DE UN LARGO PEREGRINAR. EL CAMINO EUROPEO DEL ROCIO.

 

                  Cuando los Hermanos del Rocío de Jaén parten en vísperas de Pentecostés hacia la Aldea, lo hacen en dos partes totalmente diferenciadas: la primera, que es mecánica y rápida, se realiza con ansias de llegar cuanto antes a esa segunda, que constituye para todos el Autentico Camino. Se piensa en la lejanía de nuestra ciudad al inicio de la Peregrinación que reconforta, enseña, satisface, comparte, se adueña del caminante y lo acerca a Nuestra Señora. 

               Pero ¿hemos pensamos con la intensidad que se merecen en aquellos otros Hermanos, que para Amar y Sentir lo mismo han de recorrer miles de kilómetros? Ellos y para ellos crearon hace unos años el Camino Europeo del Rocío, del que nuestra Hermandad de Jaén, debe sentirse orgulloso como Madrina de una de las etapas más importantes. Es parte nuestra, y debemos potenciarlo y promocionarlo entre todos en beneficio de aquellos, que con nuestra misma devoción a la Reina de las Marismas y su Hijo vienen desde tan lejos.

               Tal vez no sea tan conocido como debiera por parte nuestra. Todos sabemos que el Camino, parte de Bruselas, atraviesa Francia, donde su última etapa es Lourdes y, eso si, que en España pasa por Zaragoza (Virgen del Pilar), Madrid (Virgen de la Almudena), Jaén-Andújar (Virgen de la Cabeza) y Sevilla (Virgen de los Reyes) para llegar directamente desde allí, a los pies de Nuestra Señora del Rocío en Almonte.

               Las etapas del norte son las menos conocidas generalmente, y es por eso por lo que les dedico estas líneas. 

               El Camino parte, como ya hemos comentado, de Bruselas, de la Basílica Nacional del Sagrado Corazón, donde se encuentra el Simpecado de la Hermandad del Rocío de esa ciudad y sede canónica de la misma. La primera etapa no abandona territorio belga. Fue inaugurada el día 9 de mayo de 2000, fiesta de Europa y se dirige al Santuario de Nuestra Señora de Beauraing. Pero ¿porqué Beauraing?. Beauraing es uno de los centros marianos más importante de Bélgica. La advocación que allí se venera es la de Nuestra Señora del Corazón de Oro, que quince años después de los hechos de Fátima, el 29 de noviembre de 1932, en plena época de depresión entre las dos grandes guerras, se apareció a cinco niños de entre 9 y 15 años, de las familias Degeimbre y Voison, varias veces durante 6 semanas y a los que se les identificó como “Yo soy la Virgen Inmaculada” (21/12/1932), "¡Soy la Madre de Dios, La Reina del Cielo! ¡Reza siempre!” (03/01/1933). En la aparición del 29 de diciembre de 1932, al despedirse la Virgen de los niños, abrió sus brazos, dejando mostrar su Corazón que brillaba en oro, de donde viene el título de esta advocación.              

            La siguiente parada es Chartres, a 65 kilómetros al suroeste de París, en cuya impresionante joya gótica que constituye su Catedral, reside la imagen sedente, con el Niño en brazos de Notre Dame de Chartres. Es una de las preciadas tallas de Vírgenes Negras francesas, a cuyo través se venera la reliquia del Velo de la Virgen, conservada allí desde el año 876. No sería conveniente para la extensión de este artículo hablar sobre esta Catedral y la imagen de Notre Dame, pero no me resisto a recomendar la visita, orar ante la Señora, recorrer el Laberinto, admirar sus vidrieras y sentirse sublimado dentro de las entrañas del, posiblemente, más perfecto espacio gótico diseñado. Y todo, en honor de Nuestra Señora.

               No es con motivo del Camino Europeo del Rocío la primera vez que los belgas visitan Chartres. Desde 1948, el Mundo del Trabajo Belga organiza anualmente la Peregrinación a Notre Dame de Chartres, que este año, bajo el tema “Cristianos en el mundo de hoy” han realizado los días 28 a 30 de abril.

               Tercera etapa francesa: Rocamadour. Ciudad Sagrada, Ciudad Mariana, centro de peregrinación ancestral. Situada a 20 Km de la autopista Toulouse- Paris, cerca de Cahors, diócesis a la que pertenece, se encuentra construida adosándose a un acantilado de 150 metros de altura, algo que ya impresiona. 

               Con anterioridad al s. X, ya se veneraba en una de sus cuevas una imagen de una Virgen Negra. En 1166 fue descubierto allí el cuerpo incorrupto de San Amador, lo que terminó por dar nombre al lugar: Nuestra Señora de la Roca de San Amador. En la Edad Media se convirtió en un centro de peregrinación que, tras Jerusalén y Roma, competía con Santiago de Compostela. Hoy sigue recibiendo un millón y medio de peregrinos anuales venidos de toda Europa e incluso del otro lado del océano, de Québec, donde muchos, hoy canadienses, no olvidan sus raíces francesas. El peregrino, como recompensa material a su acción (de la espiritual no debo hablarle a un rociero), puede ser portador de una “sportella” (de sporta, bolsa de peregrino), una pequeña medalla recordatoria con la imagen de Nuestra Señora. La mía es hoy propiedad de nuestra Hermandad de Jaén.

               En el reducido espacio de la ciudad hay ubicadas siete capillas, destacando, por supuesto la de Nuestra Señora y la del Cristo Salvador. La edificación es de estilo románico. Me voy a permitir poneros una comparación para dar una idea de la originalidad y belleza de la ciudad. Puedo asegurar que el encargado de proyectar los decorados de las películas de “El Señor de los Anillos”, no podría haber diseñado la ciudad de Gondor si haber visto la ciudad de Rocamadour.

               La cueva en la que se encuentra la Capilla de la Virgen es oscura, tal vez demasiado oscura, pero tiene la capacidad de dar paz, tranquilidad, descanso y sosiego al que en ella penetra a orar, por muchos que sean los presentes. 

               La devoción a la Virgen de Rocamadour se extiende en España. En la Iglesia de San Lorenzo de Sevilla, la Hermandad de la Soledad posee un hermoso cuadro de Nuestra Señora de Roca Amador, siendo el primer titular de la misma, y estando hermanada oficialmente con la de Francia, Este cuadro, junto con la Virgen del Coral de la parroquia hispalense de San Ildefonso y la Virgen de los Reyes de la Catedral, constituyen las tres advocaciones primigenias de Sevilla.

               En la iglesia de Santa María la Real de Sangüesa (Navarra), una imagen de Nuestra Señora de Rocamadour de finales del siglo XIII, preside el altar mayor, y se celebran fiestas en su honor el 15 de agosto de cada año.

               Estoy seguro que el resto de las etapas es suficientemente conocido.

               Sepamos amar, conociendo, todo aquello que nos acerca a nuestra meta final en las marismas de Huelva, Nuestra Señora del Rocío, la Virgen María, la misma allá que aquí.

 

Inocente Cuesta Lendínez.


Entradas populares