LA IMAGINERÍA DE LA SEMAMA SANTA
En la Semana Santa se dan lugar a numerosas muestras de religiosidad popular a lo largo de todo el mundo, destacando las procesiones y las representaciones de la Pasión de nuestro Señor Jesucristo.
La imaginería
es una especialidad del arte de la escultura dedicada a la representación icónica
de temas religiosos con finalidad devocional, litúrgica, procesional o
catequética.
La forma más habitual de realizarla es la talla en madera policromada que busca el realismo más convincente.
En esa
búsqueda de la realidad los autores van incorporando a sus obras elementos
postizos. Se usan pestañas, ojos y lágrimas de cristal, incluso cabellos
añadidos a la talla, llegándose al empleo de telas verdaderas en las imágenes
de vestir que sólo tienen talladas cabeza, manos y pies.
La policromía
constituye un poderoso aliado de la expresión.
La imaginería
la vamos a encontrar, básicamente, en países de cultura católica: España,
Italia, Portugal, Latinoamérica, Filipinas y en menor medida Francia, Canadá,
Países Bajos y Austria.
La
representación artística de los misterios religiosos surge desde los primeros
siglos del cristianismo, pero será con el arte Románico y Gótico (siglos
XII-XV) cuando comience la evolución de la escultura en madera o imaginería.
La celebración
de procesiones en la Semana Santa tiene su origen a finales de la Edad Media, siendo
los franciscanos los que se encargaran de organizarlas.
A partir del Concilio de Trento (1545 - 1563) la Iglesia Católica, en respuesta a la Reforma luterana, decide potenciar las artes plásticas como medio de alcanzar la atención y la evangelización de los fieles, desarrollándose extraordinariamente la imaginería durante el período barroco.
En España, es
en el primer tercio del siglo XVII cuando las procesiones cobran una inusitada
importancia y son las cofradías, principalmente las de penitencia, las que
encargan pasos procesionales. Se trata, en definitiva, de mover la sensibilidad
del creyente que asiste así, a la Pasión de Cristo.
Desde España
se exportará a toda América Central y del Sur.
En España las
escuelas más importantes son: la castellana, andaluza, murciana y canaria.
La escuela
andaluza, frente al patetismo dramático y a veces casi expresionista de la
escuela castellana de la época, se caracteriza por su serenidad y clasicismo.
De talla virtuosa, por monumentales que resulten algunas tallas, siempre hay en
ellas una moderada actitud y equilibrio y se emplean muy poco los elementos añadidos.
Desde entonces, las procesiones han conocido momentos de esplendor y de declive. Actualmente, viven un período de esplendor, se habla de una auténtica nueva edad de oro a partir de los años ochenta, surgiendo nuevos artistas imagineros que, siguiendo los cánones barrocos, están creando multitud de imágenes.
En la
escultura procesional es muy importante la puesta en escena por eso, el
escultor estudia las posturas de los componentes del misterio para que parezcan
acontecimientos que ocurren en ese mismo instante. La imagen de Cristo es
representada de multitud de formas conforme a los relatos de la Pasión. El espectador
habrá de conocer los pasajes evangélicos para entender plenamente lo que se representa.
En la
actualidad vivimos un momento en el que ha surgido grandes imagineros, grandes
artistas que siguen completando los misterios de la Pascua de manera plástica,
conformando un gran volumen de obras de arte que están haciendo crecer el rico
patrimonio cultura, artístico y religioso de nuestra tierra y que perdurará en
años venideros cumpliendo la misión por la que nacieron, vivieron, viven y
vivirán las cofradías.