EL ESCAPULARIO DEL CARMEN

La devoción a Nuestra Señora del Carmen es la más extendida y la más popular de España. Las Cofradías carmelitanas son antiquísimas, de tal modo que en el siglo IX floreció en el Oriente y los Sumos Pontífices le concedieron indulgencias y privilegios.

Este relato lo encontramos ya en un santoral de fines del siglo XIV, que sin duda lo toma de códices más antiguos. En el mismo siglo XIII Guillermo de Sandwich O.C. menciona en su "Crónica", la aparición de la Virgen a San Simón Stock prometiéndole la ayuda del Papa.

El Escapulario vino del cielo el año 1251. Dicen las crónicas de la Orden Carmelitana que el día 16 de julio de ese año, estando en oración su general, llamado San Simón Stock en Cambridge, Inglaterra, se abrieron los cielos y vio entre resplandores de gloria a la Santísima Virgen María que descendía acompañada de ángeles y serafines, vestida de carmelita y trayendo en sus manos el santo Escapulario. Acercándose la Señora a su siervo, y dándole el Escapulario le dijo estas palabras:


"Recibe, mi hijo querido, este Escapulario de tu Orden como librea de mi Cofradía. Esta es la señal del privilegio que yo he obtenido para tí y para todos tus hijos del Carmelo. Aquel que muera con él será preservado de los fuegos eternos. Esta es una señal de salvación, una salvaguarda en los peligros y una prenda de paz y alianza sempiterna".

Este es el primer privilegio. Las condiciones para obtenerlo son: Tener impuesto el Escapulario por un sacerdote inscribir su nombre en la Cofradía y llevarlo siempre impuesto.

Sesenta años habían pasado desde que la Virgen Santísima del Carmen se había aparecido a San Simón Stock, y como si no estuviera satisfecho todavía su corazón de Madre con la primera promesa de librar del infierno a sus hijos, se apareció otra vez al papa Juan XXII y le recomendó la Orden del Carmelo, prometiéndole consolar en el Purgatorio a las almas de los cofrades y sacarlas de allí cuanto antes, en especial el sábado después de su muerte.

Este señalado favor de María, llamado comúnmente Bula Sabatina, lo promulgó el piadoso Papa


en una bula que lleva la fecha de 3 de marzo de 1322, y muchos Romanos Pontífices lo han defendido y propagado posteriormente.

Hay también un tercer privilegio, que podemos llamarlo pontificio, a causa de las muchas indulgencias que los Papas han concedido al santo Escapulario del Carmen.

Plenarias: El día que se toma el Escapulario; en la fiesta del Carmen; en artículo mortis; un domingo de cada mes, con las condiciones ordinarias; los días 2 y 4 de febrero; 19 y 25 de marzo; Jueves Santo, Resurrección, y la Ascensión; 5, 16 y 25 de mayo; 2, 20 y 26 de julio; 7 y 15 de agosto; 8 de septiembre; 15 de octubre; 21 y 24 de noviembre; festividad de la Inmaculada y Navidad.

Merece destacarse como algo singular que todas las misas que se digan por un cofrade difunto tienen la indulgencia plenaria de Altar Privilegiado.

Las parciales son muchísimas. Los que llevan el santo Escapulario participan de todas las misas, oraciones y penitencias de los Carmelitas.

Los que quieran asegurar su salvación eterna, que vistan el santo Escapulario del Carmen y sean sus devotos; honrando a María y viviendo como hijos suyos tendrán la gracia de la perseverancia final.

Los que quieran salir pronto del Purgatorio y recibir allí los consuelos de María, que se


impongan el santo Escapulario y guarden lo prescrito para obtener esta gracia.

Los que deseen, en fin, dedicarse a hacer el bien a las benditas almas del Purgatorio, que vistan el santo Escapulario, y lucrarán muchas indulgencias con que aliviarlas en sus horribles tormentos.

María es nuestra asociada en esta obra de caridad, y entre la Virgen del Carmen, llamada con razón Reina del Purgatorio, y nosotros, podemos abrir aquellas prisiones y llevar al cielo más almas que arena tiene el mar.

Al vestir el escapulario, y durante toda la vida, es muy importante que sepamos apreciar su profundo y rico significado, como pertenencia a una Orden, a la del Carmen, con obligación de vivir según su rica espiritualidad y su propio carisma. Quien viste el escapulario debe procurar tener siempre presente a la Santísima Virgen y tratar de copiar sus virtudes, su vida y obrar como Ella, María, obró, según sus palabras: "He aquí la esclava del Señor, hágase en mí según tu palabra".


Entradas populares