EL FINAL DE UN MAL SUEÑO
En un
principio tan desusado clamoreo alarma al vecindario, pues casi todos pensaban
en un importante incendio o en cualquier otra catástrofe, ya que desde siglos atrás
tales incidencias, temidas en grado sumo, eran anunciadas de tal manera a
través de las campanas.
Pero aquella
noche la prevención y la preocupación o incluso el sobresalto inicial bien
pronto se transformaron en una incontenible explosión de alegría popular, pues
con velocidad ciertamente vertiginosa se propagó la noticia que el propio
campanero de la catedral se encargaba de vociferar desde la torre del reloj:
¡¡Ha aparecido el Santo Rostro!! ¡¡Ha aparecido el Santo Rostro!!
Realmente la noticia, afortunadamente verídica, había sido comunicada un par de horas antes telefónicamente por el subsecretario de la Presidencia del Gobierno, don Valentín Galarza,
La buena nueva
fue puesta oficialmente en conocimiento del vecindario ante los micrófonos de
Radio Jaén minutos antes de las diez de la noche por el gobernador civil antes
citado y de ahí el casi inmediato repicar de campanas por la capital, pues de otra
forma a tales horas de la noche, en invierno y en unos tiempos en los que
solamente unos pocos privilegiados disponían de aparatos de radio, pocos
giennenses hubieran conocido tan prontamente la buena y excepcional noticia.
Acaban de dar las once de la misma noche, apenas por tanto una hora después de comenzado el canto gozoso de las campanas cuando una vibrante y no menos emocionante manifestación espontánea recorría las calles céntricas de la ciudad encabezada por la Banda Municipal de Música, en ella, según apuntaba el cronista “figuraban millares de personas de toda
Pasados algunos días se conocieron ciertos detalles acerca de la casi milagrosa recuperación del Santo Rostro, que había salido de Jaén en los últimos días de 1936 junto con otras piezas altamente apreciables del tesoro artístico local. Resultó que la policía francesa había incautado catorce baúles depositados en un sórdido garaje de Villejuif-Bicetree, pequeña villa de los alrededores de París, después de detener al matrimonio francés propietario del inmueble y a un ciudadano búlgaro allí también hospedado. Tales personajes dijeron desconocer a los españoles que meses atrás dejaron allí depositados tales bultos. La policía procedió a su apertura en presencia de funcionarios de la embajada española, descubriéndose en uno de ellos la Santa Faz dentro de su marco de oro y pedrería, aunque con el cristal protector astillado; a su lado un gigantesco lingote de plata apresuradamente fundido con objetos procedentes de la rapiña, pues a
Antes de
sustanciarse la devolución a España de tal tesoro, el embajador de nuestro país
en Francis, don José Félix de Lequerica, siguiendo precisas y terminantes
órdenes del propio Caudillo en persona, solicitó y obtuvo de las autoridades
francesas el que fuese inmediatamente repatriado el Santo Rostro de Cristo.
Pero sobre tal vuelta a Jaén versará, si Dios quiere, mi próxima colaboración
sobre las Noticias del Santo Rostro.
Isidoro Lara
Martín-Portugués
Cronista de la
Agrupación de Cofradías y Hermandades de la Ciudad de Jaén, año 1996. (Extraído
de la publicación Pasión y Gloria núm.5 que edita dicha Agrupación de Cofradías
y Hermandades)