San Juan en Jaén, luces y sombras
Cada año, por el 27 de diciembre, la ciudad del Santo Reino se viste de verde y grana. San Juan Evangelista recibe honores por su onomástica en la gran mayoría de las parroquias de la capital jiennense.
El apóstol que fue amado, y lo digo en tiempo pasado, nuestra querida Semana Santa le debe mucho al que bautizan como el discípulo más querido de nuestro Señor. Alrededor de su aura; en el recuerdo de quienes pintan canas; queda aquella primera vez debajo de un paso, o también la ilusión de la niñez vistiendo aquellas túnicas de tonos verdes con la cruz san juanista al hombro.
Estas lineas no tratan de avivar fuegos, simplemente buscan que el recuerdo de tiempos mejores nunca caigan en el olvido. Que aquellos años de luces bajo el amparo del discípulo más cercano a Jesús sirvan para saber que, sin él, probablemente no estaríamos donde nos encontramos.
Dicen que “de bien nacido es ser agradecido”, y esta nuestra tradición ; Sanjuanera; bien merece mucho más de lo que se ha visto relegada en estos últimos tiempos. Un altar sin pena ni gloria, cultos con más o menos relevancia o simplemente un cambio de ropa.
¿De que nos sirve seguir mirando al futuro, avanzando y renovando si continuamente renegamos de nuestras raices?
Siéntete orgulloso, Jaén es de San Juan, tu antepasado lo era.