La Cofradía de Santa Catalina de Alejandría



    Durante siglos, la festividad de Santa Catalina era celebrada por el Real Convento de Santa Catalina Mártir, de la Orden de Predicadores, con apoyo y asistencia del Concejo de la Ciudad. También existió una cofradía ya activa en 1558. El 22 de febrero de 1704, esta cofradía renovó sus estatutos. Contaba tan solo con medio centenar de hermanos cofrades.

Aunque la celebración de la fiesta de Santa Catalina arranca de tiempos medievales e, incluso tuvo cofradía erigida en su honor, la realidad es que, desde mediados del siglo XIX, la fiesta carecía de contenido formal, limitándose a la tradición popular de subir al Castillo, el 25 de noviembre, para visitar sus ruinas y vivir una jornada campestre en familia en sus aledaños.

Siendo propietario de la fortaleza D. Manuel Ruiz Córdoba intentó recuperar la apagada devoción y, a tal efecto, llevó a cabo la rehabilitación de la primitiva capilla del Castillo, donde entronizó una imagen de Santa Catalina, el 25 de noviembre de 1929. Pero la Guerra Civil de 1936 cortó aquella iniciativa apenas comenzada su andadura.

Conseguida la restauración del Castillo y su puesta en valor con la construcción del Parador Nacional de Turismo, en 1961, un reducido grupo de amigos, comandados por D. Manuel Pestaña Sánchez, comenzó a gestionar la creación de una cofradía desde la que se recuperase la tradición. Tras no pocas vicisitudes, se consiguió que, el 12 de diciembre de 1964, el obispo de Jaén, por aquel entonces, D. Félix Romero Mengíbar aprobase los Estatutos de la nueva Cofradía de Santa catalina, que quedó incardinada en la parroquia del Sagrario. En 1966, se celebraba la primera fiesta de la nueva hermandad, lo que constituyó su presentación oficial y, el 25 de noviembre de 1967, la primera romería.

Desde sus inicios, la cofradía tuvo su auténtico motor en D. Manuel Pestaña Sánchez y en D. José María de Vargas Ferrer. Sus tenaces gestiones consiguieron que, en abril de 1966, se restaurase la antigua capilla del Castillo, donde volvió a colocarse la imagen de Santa Catalina que, en lo sucesivo, animaría las romerías.

En principio, se utilizó una imagen de pequeñas dimensiones y cierto aire medieval, que en 1974 se reemplazó por otra realizada por el escultor local D. Damián Rodríguez Callejón. Anteriormente se hicieron gestiones con los escultores D. Víctor de los Ríos y D. Amadeo Ruiz Olmos, que no fructificaron. En 1978, dada la ambigua situación de la capilla, se proyectó levantar de nueva planta, en las inmediaciones del Castillo, una ermita, proyecto que tampoco fructificó. Y en 1979 se impulsó la celebración de una auténtica romería subiendo los romeros en comitiva desde el centro de la ciudad, lo que, sin duda, consolidó la fiesta.

Fallecidos los señores Pestaña y De Vargas, la cofradía quedó sumida en una profunda crisis. El 23 de octubre de 1990, el reducido grupo de cofrades “antiguos”, encabezado por D. Benigno Gómez Estévez y D. Miguel Hernández Martínez, convocó una junta general para buscar una solución, de la que salió la formación de una junta rectora que, el 11 de diciembre, consiguió reactivar la situación.

Los estatutos actuales fueron aprobados el 15 de julio de 1995 por el obispo D. Santiago García Aracil.

Tiene su sede canónica en la parroquia de San Pedro Pascual y la Inmaculada, aunque su sede real radica en la capilla existente en una de las torres que delimitan el patio de armas del Castillo de Santa Catalina, espacio que, desde época medieval, estuvo dedicado a capilla, aunque con invocación de San Pedro Pascual y que, en 1929, fuere habilitado por D. Manuel Ruiz Córdoba -propietario a la sazón de la fortaleza- para dedicarlo a Santa Catalina.

Esta capilla fue restaurada, en 1966, por la Dirección General de Turismo y, en 1996, la cofradía hizo objeto de mejoras, entre ellas una puerta de hierro acristalada que permite contemplar el interior y unas vidrieras con las efigies del Santo Rostro y San Eufrasio. 

La actual imagen titular es talla completa, policromada y estofada, obra del escultor catalán José maría Pon Soda Bravo (1882-1963), artista formado en Valencia en el taller de D. Damián Pastor, realizada en 1942 y que procede de la antigua iglesia de Santo Domingo, siendo cedida por la Diputación Provincial en 1976. Fue restaurada por D. Fernando Baldoy en 1995.

La finalidad esencial de la hermandad es la de mantener viva la devoción de la ciudad a Santa Catalina de Alejandría, su copatrona y protectora, devoción ligada a una antigua tradición que afirma ser la santa que consiguió que Alhamar entregase la ciudad de Jaén al Santo Rey Fernando III de Castilla, en la primavera de 1246.

Con este motivo, todos los años, en la mañana del 25 de noviembre, tiene lugar la subida en romería acompañando a la imagen hasta su capilla en el Castillo, ante la que se celebra la solemne fiesta. Esta popular romería va precedida de un triduo celebrado en la parroquia. Desde 1993, también se celebra un pregón.

Dado que por motivos laborales resulta complicado celebrar la fiesta en el día marcado por el santoral, desde hace varios años suele celebrarse el domingo inmediato para facilitar la afluencia de la gente. La cofradía suele celebrar una misa el último sábado de mes. El Rey Juan Carlos I ostenta la condición de Hermano Mayor Honorario, desde el 14 de octubre de 1969 cuando aún era Príncipe de España. La cofradía mantiene comunicación con sus asociados mediante la publicación de un boletín que comenzó a editarse en 1994. También se suele editar un cartel anunciador de su romería. Cuenta en su patrimonio musical con una inspirada Canción a Santa Catalina de Alejandría, cuya letra y música se debe al maestro José Sapena Matarredona.

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