El Cofrade de la Semana
Esta semana tendremos el placer de conocer a Joaquín Granados, un cofrade de Beas de Segura muy ligado a la Semana Santa de Jaén capital pero también a la de su tierra natal.
1. ¿De qué hermandad eres? ¿De qué banda?
Soy de la Hermandad Sacramental del Dulce Nombre de Jesús y Cofradía de Nazarenos del Santísimo Cristo de las Aguas en su Sagrada Lanzada, Purísima e Inmaculada Concepción de Ntra. Sra., María Santísima Reina de los Ángeles, San Juan Evangelista y San Francisco de Asís (Jaén); de la Antigua, Real y Venerable Cofradía Carmelita de Ntro. Padre Jesús Nazareno, la Santa Cruz y María Santísima de Gracia (Beas de Segura), así como de la Venerable Cofradía de Ntro. Padre Jesús Preso (también de Beas de Segura). No pertenezco a ninguna banda.
2. ¿Cómo vives siendo de la Hermandad de la Lanzada estando en Granada?
Vivir lejos de mis sagrados y amados titulares de la Lanzada no es algo nuevo, pues, ya antes de trasladarme a Granada, vivía en mi localidad natal, Beas de Segura, aunque iba a visitarlos siempre que podía (eso sí, yéndome siempre con la espina de no poder vivir en la capital y participar en absolutamente todos los actos y cultos que organizaba el entonces Grupo parroquial, hoy ya Cofradía). No obstante, los tengo muy presentes en mi día a día, no solo a mi Cristo de las Aguas y mi Reina de los Ángeles, sino a mis hermanos de la Sagrada Lanzada, con quienes he descubierto el verdadero sentido de la palabra hermandad, cofradía, fraternidad.
Por otro lado, cuando, como cofrade que soy, asisto a procesiones, traslados, cultos y demás actos que realizan las cofradías granadinas, no puedo evitar emocionarme al recordar siempre los buenos momentos y las experiencias tan gratificantes que he vivido gracias a mi Lanzada jaenera, al mismo tiempo que imagino y deseo con ansias que llegue nuestro tan esperado Jueves Santo. En cada dolorosa que contemplo me parece ver a mi Reina de los Ángeles y en cada Cruz que me encuentro intuyo el santísimo Cuerpo del Señor de las Aguas pendiendo de ella.
Además, tanto hablo de la Lanzada que dos amigas y compañeras de Granada, tanto como una amiga de mi pueblo, fueron a visitar nuestra sede canónica. Y, realmente, me alegra poder llevar nuestra hermandad como bandera a todo lugar donde me encuentre, pues las cofradías están para acercar a la gente a la Iglesia y vivir la Fe como hermanos, algo que la Lanzada, a mi parecer, está consiguiendo con creces.
3. ¿Qué te hizo estar hasta donde estás ahora cofrademente hablando?
Vengo de familia cofrade. Mi madre es hermana también de la cofradía de Jesús Preso de Beas y siempre ha estado esa devoción muy presente en mi casa; de hecho, fue la primera cofradía en la que entré, con apenas seis años (aprox.), edad con la que ya participé en mi primera procesión de penitencia como hermano de luz. Mis abuelas y tías también contribuyeron a infundirme en la Fe católica; por añadidura, estas últimas vivían enfrente de la parroquia de mi pueblo y siempre que había procesión o, simplemente, sonaban las campanas ponía pies en polvorosa para asomarme al balcón y averiguar qué ocurría. También me encantaba entrar en la iglesia, incluso cuando estaba cerrada me acercaba y empujaba la puerta, por si acaso estuviera abierta.
Poco a poco, fui creciendo y explorando la cultura cofrade de otros lugares y me enamoré completamente de la de Jaén. Me podía pasar horas viendo vídeos y visualizando las retransmisiones de años anteriores que hacía en Semana Santa la cadena de Onda Jaén. De este modo, supe de las fundaciones de nuevas hermandades que se estaban dando en la ciudad, algo que me ilusionó inmensamente, pues me hizo ver que la devoción jiennense estaba viva y buscaba nuevas formas de manifestarse, lo que creo que es algo imprescindible y que ya dice mucho de cómo es nuestra Semana Santa.
Entonces, un día busqué información sobre el Grupo parroquial de la Sagrada Lanzada y me topé con una fotografía de la que llamo cariñosamente como «mi Virgen», o sea, la Reina de los Ángeles, de la que me enamoré totalmente y sentí la necesidad de saber más sobre la futura hermandad. Entré en la web de la prohermandad y vi el formulario para hacerse hermano y, casi sin pensarlo, lo rellené. Cuando se lo conté a mis padres, al principio, se extrañaron de que me hubiera apuntado a un grupo de fuera (incluso, a mí me sorprende que lo hiciera sin prácticamente consultarlo con ellos; pero, así fue y no me arrepiento de nada). Tenía catorce años y pude vislumbrar en vivo el divino rostro de mi Reina durante los cultos gloriosos del mes de septiembre de 2017, cuando aún estaba en San Eufrasio. Si ya me transmitía por foto, en persona lo que sentía estando cerca de Ella era indescriptible. A raíz de ese momento fui conociendo a mis hermanos de la Lanzada, quienes siempre me han recibido con los brazos abiertos y como lo que somos, hermanos en la Fe; y, eso, al fin y al cabo, es lo mejor que me llevo de formar parte de esta gran familia y el mejor regalo que me podía haber hecho la Virgen: las personas tan grandes y buenas que he conocido gracias a esta hermandad, a quienes siempre estaré agradecido por cómo me han tratado y que son para mí un ejemplo a seguir. También tengo la suerte de poder formar parte del Grupo Joven, ya que es algo muy enriquecedor para mí y que también me ha permitido conocer a gente increíble, aunque me pese muchísimo no poder vivir en Jaén y estar siempre en todo lo que se organice.
Actualmente, pertenezco también a la cofradía de Jesús Nazareno de mi pueblo (entré con dieciséis años), con la que he también he vivido muy buenos momentos, como, por ejemplo, la reciente bendición de su titular mariana, la Virgen de Gracia, también obra de José Miguel Tirao Carpio. Y, en Semana Santa participo como hermano de luz en Jesús Preso de Beas, andero de San Pedro (imagen de la que se hace cargo mi cofradía de Jesús Nazareno) y cantando junto con mi madre las coplas de la Pasión, una antigua tradición que se conserva en mi pueblo durante la mañana del Viernes Santo en la procesión del Nazareno, conocida como El Paso.
4. ¿Qué te aporta la Semana Santa?
Muchísimo. La Semana Santa forma parte de mi ser, no me imagino sin ella. Desde que me levanto hasta que me acuesto estoy escuchando marchas; poniéndome al día de las noticias cofrades, sobre todo de Jaén, puesto que, a pesar de no haber nacido allí, ya me siento como si lo fuera y su Semana Santa es la más importante para mí, junto a la de Beas; etc.
Es un tiempo precioso, pues qué mejor que celebrar el Triunfo de la Vida, el más puro gesto de Amor que se ha dado en la Humanidad, y en primavera, que es cuando renace la naturaleza. Los olores de las primeras flores fusionados con el del incienso, los sonidos de las bandas, las calles repletas de gente al encuentro del Señor. Es que, ¿qué puede haber mejor que eso? Ojalá viviéramos siempre con el espíritu de la Semana Santa y permaneciéramos todo el año con esas ganas y entusiasmo por estar junto a Él, por dirigirnos a su encuentro.
5. ¿Qué es para ti una hermandad?
Para mí una hermandad es mucho: es una forma de vivir la Fe en comunidad, profesando en unión una misma devoción; es vivir junto con tus hermanos la Fe en Cristo y trabajar por esa Fe, para que la Palabra de Dios llegue a todos los confines del mundo, para hacer que el mundo se acerque a Jesús; es manifestar públicamente nuestra Fe en Cristo y amar al prójimo; es, en definitiva, seguir el ejemplo de María dando nuestro sí a su Hijo y a estar cuando el hermano nos necesite, así como contribuir a la evangelización del mundo a través de esa belleza de Dios que se refleja en nuestras imágenes, pasos, etc.
Creo que muchas veces los cofrades nos dejamos llevar demasiado por lo externo y por intereses personales y actitudes que no son nada provechosas para las cofradías, sino todo lo contrario, pues, en muchas ocasiones, por culpa de nuestros egocentrismos y egoísmos podemos llegar al efecto contrario de lo que es una cofradía, alejar a la gente, cuando una hermandad está para lo contrario, está para que las personas se acerquen a la Iglesia y aprendan a vivir en comunidad y trabajar en unión para propagar el mensaje de Jesús. Una hermandad es, después de todo, como bien indica la palabra, una fraternidad, una unión, y así tenemos que comportarnos entre nosotros los cofrades, reunidos en hermandad siempre en torno a Él.
6. ¿Con qué día de la Semana Santa te quedas? ¿Y momento?
Es difícil elegir un día; pero, pensándolo mucho, elijo el Jueves Santo, ya que procesionan mis tres cofradías y es el día del Amor Fraterno.
Respecto al momento, son tantos los momentos que me cuesta mucho elegir, pero si tuviera que elegir uno, sería el momento en que me visto con mi traje de estatutos, de cualquiera de las cofradías a las que pertenezco, y salgo hacia a la iglesia. Es un momento de muchos nervios, mucha emoción, de recordar a personas que ya no están, de silencio y oración, y, por supuesto, de mucha ilusión. Estoy deseando que llegue el día en que vista por vez primera el traje de la Lanzada, pues me emociono con solo pensarlo.
7. ¿Marcha favorita?
- De banda de música: Santísimo Cristo del Desamparo y Abandono.
- De banda de CC.TT.: Legión blanca de Dios.
- De A.M.: Vida.
8. ¿Qué cambiarías de tu Semana Santa?
En mi pueblo, que las cofradías miren más hacia lo interno. Creo que hay que aprender a vivir más en fraternidad; que las cofradías sean más abiertas y todos los hermanos sientan, tengan y puedan desempeñar su función dentro de ellas; que se les dé paso a las nuevas generaciones y que se busque a la gente. Muchas veces nos refugiamos diciendo que la gente no se acerca, pero ¿nos acercamos nosotros a la gente? Y, por supuesto, que se creen grupos jóvenes, eso es algo fundamental, al igual que las vocalías no sean simplemente porque tenga que haber un vocal de caridad, de cultos o lo que sea, y ya está. No, las vocalías pueden dar mucho de sí, pues a través de ellas se pueden involucrar muchos hermanos y trabajar unidos, que para eso, en mi humilde opinión, están, pues todo tiene su función. Por ejemplo, crear un grupo dentro de la hermandad para visitar a mayores o enfermos, organizar convivencias para que los hermanos estén más en contacto, etc.
En resumen, que las cofradías no solo estén para la procesión, sino que vayan más allá, que seamos más abiertos los unos con los otros y renunciemos a egocentrismos y demás intereses personales. A mí, como a todos los cofrades, me encanta ver procesiones deslumbrantes, contemplar bellos mantos y que nuestras imágenes vayan tan espléndidas como van, porque, sinceramente, todo lo externo es, en general, precioso y de gran valor, al igual que también apela a la gente. En cambio, eso es solo lo externo de una hermandad y no debemos conformarnos solo con eso, debemos ir al meollo; debemos, simplemente, aprender a vivir en hermandad y comprender que la hermandad es de todos; que las cofradías estén activas durante todo el año; que aprendamos nosotros mismos a vivir en fraternidad y en humildad para poder llevarla al mundo, para que los que estén alejados se acerquen, para que todos encontremos en nuestra cofradía una casa, una familia. De este modo, se podría ganar en hermanos y asegurar el futuro de nuestras hermandades. No solo es salir en procesión, montar un trono y demás (que también), sino estrechar lazos, unirnos y superar diferencias; es, en consecuencia, que todos seamos uno.
En cuanto a Jaén, no cambiaría nada; me gusta tal y como la veo. Sí es cierto que solo pertenezco a la Lanzada, por lo que tampoco he experimentado cómo se vive en otras cofradías, aunque por lo que veo me da muy buena sensación y me encantaría vivir allí para asistir a todo lo que organicen las cofradías y vivirlas al cien por cien. No obstante, gracias a mi hermandad de la Lanzada he aprendido el verdadero significado de vivir en hermandad y es lo mejor que me ha podido pasar en lo cofrade. Siempre estaré agradecido a Dios por haberme puesto esta gran familia en el camino.
9. ¿Añadirías algo más en la Semana Santa grande?
En el caso de Beas, aparte de todo lo mencionado anteriormente, creo que sería muy buena idea que se volviera a procesionar la imagen de la Virgen de las Angustias, así como que los hermanos de San Juan acompañen con su traje de estatutos el Domingo de Ramos a su titular, el Señor de la Entrada Triunfal en Jerusalén. Incluso, no veo muy descabellado que el Domingo de Resurrección acompañáramos al Resucitado con nuestros trajes de estatutos (cada año le toca a una cofradía hacerse cargo y las demás van acompañando su bandera corporativa o estandarte) y a la Virgen del Rosario los hermanos de Jesús Preso, quienes se encargan actualmente de darle culto y de su cuidado, acompañarla ataviados también con su hábito (esto último ya se intentó hacer la primera vez que salió la Virgen, pero finalmente no se ha seguido).
En Jaén, que la Sentencia pronto pueda ser también cofradía y procesione, así como me gustaría que saliera la Piedad de la cofradía de la Soledad en estación de penitencia. También, si algún día se intentara crear alguna otra hermandad, creo que sería muy buena idea un misterio de la Coronación de Espinas del Señor y una dolorosa al pie de la Cruz con sudario, como la Soledad de San Buenaventura de Sevilla, por poner un ejemplo para entendernos.
10. ¿Qué hermandad de gloria elegirías?
Elegiría la de la Divina Pastora de Jaén, ya que desde pequeño me ha llamado mucho la atención esa advocación e iconografía de la Virgen como Pastora de nuestras almas. De hecho, en mi casa tenemos una pintura de la Divina Pastora y cuando era pequeño me enseñaron a rezarle siempre antes de acostarme. Además, la imagen de Jaén me parece preciosa y me gusta mucho cómo sale en procesión gloriosa.